Los seguros sanitarios en España

La atención médica es costosa y no todas las prestaciones están incluidas en la cartera de servicios del sistema sanitario público. Por eso, muchos usuarios deciden suscribir una póliza de salud que les da acceso a una cobertura más amplia teniendo la posibilidad de ser atendido en centros sanitarios privados.

Esto les permite aprovechar las principales ventajas del sistema de titularidad privada, como coberturas más completas, instalaciones más confortables, atención más ágil, disponibilidad en horarios más amplios, profesionales altamente cualificados, tecnología sanitaria de vanguardia… y ahorrarse algunos inconvenientes comunes en la sanidad pública; tales como masificación, demoras, listas de espera, horarios restringidos y procedimientos más largos y complejos derivados de la excesiva burocratización del sistema que, por ejemplo, no permite que el paciente acuda directamente al especialista, sino que antes debe ser remitido por un médico de familia, lo que ralentiza considerablemente la atención, el diagnóstico y el tratamiento.

Básicamente, el funcionamiento de un seguro médico se basa en el pago de una prima mensual o anual a cambio de la que se reciben servicios sanitarios. La atención puede recibirse a través de un cuadro médico configurado por la aseguradora o bien que sea al propio usuario el que escoja el facultativo, abone sus servicios y posteriormente la aseguradora le satisfaga los gastos justificados por el paciente. Estas pólizas de reembolso son menos habituales en nuestro país, pero empiezan a ser más frecuentes, cada la libertad de elección que tiene el asegurado.

El importe de la prima varía en función de tres factores fundamentales:

  • Edad y condición clínica del asegurado. Las personas son más propensas a enfermar conforme cumplen años; por eso deben abonar primas superiores a las de los usuarios más jóvenes. Una historia clínica en la que figure alguna dolencia crónica o algún trastorno de salud grave también encarece el importe.
  • Cuanto mayor es la cartera de servicios que cubre la póliza, más cara es la prima que ha de abonarse.

Copago. Esta modalidad está especialmente indicada para usuarios que, previsiblemente, no van a hacer uso de los servicios sanitarios privados frecuentemente. En estos casos el asegurado abona una pequeña parte de las prestaciones cada vez que accede a ellas. A cambio, la cantidad que ha de abonar mensual o anualmente es menor.