La tarjeta sanitaria europea

La tarjeta sanitaria europea sirve para identificar a su titular como usuario del sistema europeo de salud, a quien confiere el derecho a recibir las prestaciones médicas de carácter público que requiera mientras dure su estancia temporal en cualquiera de los países miembros de la Unión Europea (Alemania, Austria, Bélgica, Bulgaria, Chipre, Croacia, Dinamarca, Eslovaquia, Eslovenia, Estonia, Finlandia, Francia, Grecia, Hungría, Irlanda, Italia, Letonia, Lituania, Luxemburgo, Malta, Países Bajos, Polonia, Portugal, Reino Unido, República Checa, Rumanía y Suecia), del Espacio Económico Europeo (Noruega, Liechtenstein e Islandia) y Suiza.

Para ser titular de la tarjeta sanitaria europea es necesario ser beneficiario de la sanidad pública en el país de origen.

¿Quién paga los servicios gestionados a través de la tarjeta sanitaria europea?

El gasto de la asistencia sanitaria recibida en los países anteriormente mencionados corre a cargo del país de origen del paciente, que reembolsa el importe al país que ha dispensado los servicios sanitarios. La tarjeta sanitaria europea permite agilizar el intercambio de datos y la tramitación de estos cobros, relacionados fundamentalmente con prestaciones sanitarias derivadas de la atención en urgencias, empeoramiento de patologías crónicas, embarazo y parto.

¿Qué cobertura tengo con la tarjeta sanitaria europea?

La cartera de servicios difiere de un país a otro. De esta forma, los servicios que en un país son gratuitos, en otro pueden no serlo. La tarjeta sanitaria europea no garantiza la gratuidad del servicio sanitario recibido.

Además, los pacientes portadores de la Tarjeta Sanitaria europea reciben el mismo trato y están expuestos a las mismas demoras que los ciudadanos españoles. Esto puede ser un problema importante en regiones muy turísticas cuyos servicios sanitarios públicos están saturados en época de vacaciones.

¿Puedo usar la tarjeta sanitaria en cualquier centro sanitario?

No. La tarjeta sanitaria europea únicamente cubre los servicios médicos públicos. Por lo tanto, NO ES VÁLIDA para recibir atención médica en centros privados. Tampoco tiene validez en caso de que el paciente se desplace a otro país con el propósito específico de recibir un tratamiento médico o si estando ingresado en un hospital solicita el regreso a su país; en cuyo caso tendrá que asumir el gasto del traslado. Finalmente, la tarjeta sanitaria europea no sirve si el usuario traslada su residencia habitual a otro Estado miembro.

¿La tarjeta sanitaria europea cubre a estudiantes y trabajadores temporales?

Sí.  La tarjeta sanitaria europea ES IMPRESCINDIBLE para estudiantes y becados ERASMUS aunque los centros educativos tengan suscritas pólizas de salud y aunque resulte conveniente contratar una póliza de salud durante el tiempo que el estudiante permanezca fuera de su país. Asimismo, la tarjeta sanitaria europea también es necesaria en caso de trabajadores ocasionales y temporeros.

¿Qué ocurre con la tarjeta sanitaria europea después del Brexit?

Hasta que Reino Unido abandone definitivamente la Unión Europea, la tarjeta sanitaria europea seguirá siendo válida. Ésta será nula en cuanto la salida de UK de la Unión Europea se haga efectiva, salvo que las autoridades de ambas partes lleguen a acuerdos específicos sobre el tema.

¿Dónde puedo solicitar la tarjeta sanitaria europea?

La tarjeta sanitaria europea puede solicitarse a través de Internet o en determinadas oficinas de la Seguridad Social. No tiene coste y se obtiene en un plazo aproximado de 10 días. En cada país tiene un aspecto diferente. Además, puede haber diferencias en la tramitación.

Para ampliar información sobre el uso de la tarjeta sanitaria europea, su solicitud, su apariencia y su tramitación pinche en el siguiente enlace.

¿La tarjeta sanitaria europea es una alternativa al seguro de salud de viaje?

No. La tarjeta sanitaria europea NO SUSTITUYE A UN SEGURO DE SALUD DE VIAJE. Hay que recordar que la tarjeta sanitaria europea únicamente contempla la prestación de servicios sanitarios públicos. Es recomendable complementarla con un buen seguro de asistencia en viaje que además de cubrir contingencias como la pérdida de equipaje, el robo, responsabilidad civil y penal… también se haga cargo de la cobertura de problemas de salud.

En este sentido, hay que tener en cuenta que las prestaciones sanitarias tienen unos costes muy elevados en la mayoría de los países, especialmente sin conllevan traslados, repatriaciones, intervenciones quirúrgicas o ingresos hospitalarios. Por eso, algunos viajeros optan por contratar seguros de salud específicos con coberturas más amplias que las que se suelen ofertar en los paquetes vacacionales.